CASTELLÓ. Pamesa no ceja en su afán de crecimiento, tras la compra de Keramex anunciada por Castellón Plaza, la compañía dirigida por Fernando Roig está llevando a cabo un ambicioso plan de inversiones en la antigua firma de la familia Mateo.
Las inversiones de Grupo Pamesa incluyen la instalación de dos líneas de producción nuevas, que se suman a la que ya existe en la firma de Vila-real. Las dos nuevas líneas de producción incluyen dos hornos, cuyo montaje ya ha comenzado, con sus correspondientes esmaltadoras y líneas de clasificado. Asimismo, el gigante cerámico de Almassora también va a instalar dos líneas de rectificado, algo de lo que no disponía Keramex.
Con todo ello la factoría de la carretera de Vila-real a Onda como mínimo triplicará su fabricación diaria, que no ha cesado a pesar de los despidos acometidos y de la transacción accionarial. La firma vila-realense produce en torno a 10.000 metros cuadrados diarios y con las dos nuevas líneas de producción rondará los 35.000, según han detallado a este diario fuentes conocedoras.
Además, la inversión, que debería estar ya operativa a finales de año, supone un cambio de rumbo en la firma. Y es que Keramex ha estado siempre, y todavía lo está, centrada exclusivamente en los pequeños formatos, como el 20x20, piezas de las que prácticamente son los únicos fabricantes. Asimismo, los nuevos hornos, de mayor tamaño, producirán piezas más grandes, como mínimo de 80x80, apuntan las fuentes, más en la línea de lo que demanda el mercado. Asimismo, la instalación de dos líneas de rectificado apunta claramente hacia un producto de mayor valor añadido.
A buen seguro, esto vendrá acompañado de la búsqueda de nuevos nichos de negocio. Y es que hasta ahora Keramex vendía alrededor de un 65% de su facturación en el mercado interno, mientras solo dedicaba el restante 35% a la exportación, al contrario de lo que es habitual en el sector azulejero castellonense.
Ello explica en parte la caída de la producción de la firma, que en 2018 no llegó a alcanzar los 8 millones de facturación, frente a los casi 16 que registró dos años antes. El descenso en las ventas estuvo el año pasado acompañado por una fuerte entrada en pérdidas. Tras cerrar 2017 con unas ligeras ganancias, en 2018 Keramex cerró con 1,5 millones de números rojos, lo que abocó a la firma a buscar unos nuevos propietarios.
No en vano, la sociedad presentaba a 31 de diciembre de 2018 un fondo de maniobra negativo de casi 2 millones de euros. De esta manera, cerró el año con un activo corriente de 7,9 millones de euros, mientras su pasivo exigible a corto plazo alcanzaba los 9,8, según consta en sus cuentas, recientemente depositadas en el Registro Mercantil de Castellón.
Ante este hecho, ya en este 2019 Keramex "recibió el apoyo financiero de Grupo Pamesa, tanto a través de transferencias de fondos como atendiendo pagos en nombre de Keramex", según recoge el informe de gestión que acompaña a las cuentas. Esto se ha realizado, como apunta el auditor y la propia Keramex, "con vistas a una futura adquisición de la sociedad planificada para julio de 2019", tal y como finalmente se ha materializado.