CASTELLÓ. La reestructuración impelida por Amparo Marco en el grupo municipal del PSPV, a raíz de la marcha de Rafa Simó al puerto, tiene muchas más connotaciones y profundidad de lo que pueda parecer un simple anuncio. La alcaldesa de Castelló resetea a casi todo su equipo y da un giro similar al que significa empezar de cero, esto es, repartir las competencias de los ediles antes de afrontar una legislatura.
Es cierto que siete de los ocho concejales acumulan un año de rodaje pero sus nuevas delegaciones apenas se asemejan a lo que se concretó en la firma del Acord de Fadrell. Ni siquiera Marco se escapa de su propia revolución interna al incorporar la Agenda 2030 (hasta ahora responsabilidad de José Luis López). Solo Patricia Puerta se libra del reajuste -conserva Empleo- por su condición de vicepresidenta de la Diputación Provincial, lo que requiere de dedicación exclusiva. Los demás regidores, en mayor o menor grado, sufren alguna modificación.
José Luis López, Mary Carmen Ribera e Isabel Granero estrenan por completo concejalías. El primero deja Bienestar Social, Dependencia e Infancia, así como Agenda 2030 y Cooperación, para ocuparse de Urbanismo, Obras y Proyectos Urbanos, Equipamientos y Servicios y Contratación, es decir, el grueso de las competencias de Simó. La segunda pierde Gente Mayor, Consumo Sostenible y Salud Pública para justo asumir cuatro de las áreas de López. En cuanto a la tercera, cede Infraestructura Verde y agrupa parte de las responsabilidades de su compañera. Además, agrega un área hasta ahora sin epígrafe específico en el organigrama del gobierno municipal y que se crea en plena pandemia: Cementerio.
David Donate solo mantiene Hacienda e Innovación Comercial respecto al inicio del mandato. Así, pierde Recursos Humanos y Administración Electrónica e Innovación Digital, que asume la nueva munícipe, Monica Barabás. Por el contrario, gana Seguridad Pública y Emergencias, en manos de Omar Braina, lo que se intuye como una maniobra de la alcaldesa para desbloquear el conflicto con la Policía Local.
Este último recupera una concejalía que ya ostentó en el anterior mandato, Fiestas, y que suma a Deportes. Algunas voces en el seno del Fadrell interpretan que, con esta decisión, Marco busca un cambio rumbo en las relaciones con el món de la festa. Precisamente la afectada por esta medida, Pilar Escuder, solo mantiene Ermitas y Turismo. A esas áreas añade Patrimonio, de alguna forma relacionada con la primera, e Infraestructura Verde (parques y jardines).
Jorge Ribes, al margen de Puerta, es el único munícipe que retiene funciones, aunque incrementa sus cometidos en el grupo socialista con Actividades y Espectáculos.
En efecto, el vuelco competencial en el seno del PSPV-PSOE resulta mayúsculo. En realidad, de acuerdo con el peso político de Simó en la estructura del equipo de gobierno. Valga como dato que hasta tres regidores se reparten sus delegaciones: López (el grueso de Urbanismo y la portavocía del ejecutivo), Escuder (Patrimonio) y Ribes (Actividades).
El espacio comercial más emblemático de Castelló sopla las velas de sus tres cuartos de siglo desde aquel 21 de diciembre de 1949 en que fue bendecido por el arcipreste Balaguer. Ahora afronta su más importante remodelación, que desde enero de 2026 obligará a un traslado temporal de sus puestos a una carpa en la plaza Santa Clara