CASTELLÓ. El Villarreal B no se resigna a perder los tres puntos que se llevó inicialmente en Castalia y que el club albinegro ha impugnado por alineación indebida. Los amarillos basan su defensa en que no actuaron de mala fe en los cambios que realizó Miguel Álvarez y que motivaron que acabaran el partido con solo seis futbolistas con ficha del primer filial.
Para argumentar esto, las alegaciones del club amarillo buscan ampararse en la última parte del artículo 223 del Reglamento General de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), que señala que la no presencia en el campo de al menos siete jugadores de esa categoría "podrá ser considerado como infracción de alineación indebida por el órgano disciplinario".
El término "podrá" es el recurso al que se agarran los servicios jurídicos del Villarreal para tratar de evitar la derrota en los despachos, ya que el club amarillo entiende que puede tener un carácter condicional o interpretativo.
Partiendo de ese postulado, la entidad que preside Fernando Roig defiende el argumento de que hay eximentes suficientes para que la ley sea flexible con su caso. El razonamiento principal es que la infracción se produjo por razones ajenas a su voluntad, tras la expulsión del guardameta Fuoli, que suponía la tercera de su equipo y con los cambios ya agotados. La tarjeta roja que vio ese futbolista dejó a su equipo con ocho jugadores, de los cuales dos, Morante y Collado, que habían entrado poco antes en el campo, tenían ficha del Villarreal C. Este cúmulo de despropósitos motivó que los de Miguel Álvarez incurrieran en alineación indebida en los segundos finales, ya que contaron con solo seis futbolistas con ficha del B.
El club amarillo está tratando de tirar de hemeroteca para encontrar casos recientes en Segunda B en los que una infracción de este tipo no se haya sancionado con derrota administrativa, valiéndose de ello como referencia para reforzar su defensa.
Estos argumentos serán expuestos ante la jueza Única de Competición una vez que el Villarreal reciba la notificación oficial de la impugnación, que según aseguraba el club a Castellón Plaza a última hora del martes, no le ha llegado aún. Una vez le comuniquen la denuncia, la entidad vila-realense dispondrá de un tiempo para presentar las alegaciones, antes de que se comunique el fallo. En caso de que éste favorezca al Castellón, el Villarreal podrá recurrir ante el Comité de Apelación y, si hiciera falta, ante el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD). Los amarillos parecen dispuestos a agotar todas esas vías.