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tres meses y medio después de ser declarada bien de interés cultural

L'Alcora invertirá los primeros 500.000 euros para transformar la Real Fábrica en museo cerámico

15/09/2019 - 

CASTELLÓ. El Ayuntamiento de l’Alcora ha iniciado el proceso para licitar la primera fase de las obras de rehabilitación del antiguo complejo industrial de la Real Fábrica de Loza y Porcelana del Conde de Aranda. La tramitación de los trabajos, presupuestados en unos 500.000 euros, se da apenas tres meses y medio después de que la Generalitat declarara el recinto histórico como Bien de Interés Cultural (BIC).

El alcalde, Samuel Falomir, explica que “se adecuarán los tres antiguos hornos y se retirará el fibrocemento de la cubierta de una de las naves para cumplir la normativa”. De los cerca de 500.000 euros de coste estimado de las obras, unos 200.000 procederán de la Unión Europea con cargo a los Fondos Feder, otros 50.000 de la Diputación y el resto serán sufragados entre el consistorio y la Generalitat.

Para las siguientes fases quedará pendiente la restauración de los cerca de 9.000 metros cuadrados de superficie del antiguo complejo fabril para su posterior transformación en un museo histórico sobre la cerámica de l’Alcora.

Del histórico conjunto de edificios impulsados por el Conde de Aranda en 1727 y ampliados durante el siglo XVIII solo se conservan en pie la mitad de ellos. En concreto, una nave de dos plantas con interior diáfano donde permanecen tres hornos originales. En diciembre de 2017 se ejecutó una fase preliminar con la limpieza de los hornos y la reparación de las goteras de la cubierta.

Bien de Interés Cultural

El Consell otorgó el BIC para la Real Fábrica al ser el antecedente del actual sector azulejero de Castellón. La Real Fábrica fue la primera empresa de la Ilustración dedicada al abastecimiento de productos cerámicos de alta calidad para consumo nacional y ejerció de puente entre el taller artesanal y la fábrica industrial. En su momento, en l’Alcora se fabricó la mejor loza europea del siglo XVIII.

Dos siglos después, coincidiendo con la Guerra Civil, la fábrica entró en declive y fue clausurada y parcialmente derribada. Desde la década de 1950 ocuparon sus instalaciones las empresas azulejeras Tilesa y BIC hasta el año 1989, cuando cerró esta última.

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