CASTELLÓ. El Fadrell cumple un año del desacord sin resolver el conflicto de fiestas que lo generó. La moción del PP y Cs, que provocó la ruptura de Compromís con el PSPV y Podem-EUPV, continúa sin cumplirse, lo que significa que todavía no se han aprobado los nuevos estatutos del Patronato, ni tampoco se ha convocado la asamblea general y menos aún se ha restituido la Junta de Festes, disuelta desde el 21 de noviembre de 2019.
Doce meses después de aquel controvertido pleno nada ha cambiado en el funcionamiento del món de la festa, más allá del relevo en la concejalía derivado del reajuste en el grupo socialista por la marcha de Rafa Simó al puerto. En todo caso, el seísmo político que supuso la fragmentación del ejecutivo hizo reflexionar a los tres socios sobre la necesidad de arbitrar mecanismos internos con el propósito de canalizar la pluralidad y evitar fisuras por sus idearios.
De hecho, la formación valencianista apeló al escrito que contiene los compromisos del Fadrell para alinearse con la oposición. Así, advirtió que su voto favorable simplemente acataba lo que establece el punto 203 del documento de gobernanza, esto es, "dotar de más autonomía a la Junta de Festes [...], según lo acordado en las conclusiones del Congreso Magdalenero". En este contexto, la iniciativa de populares y naranjas reclamaba, además, renovar el órgano festero.
Frente a la moción, el PSPV y Podem plantearon una enmienda a la totalidad y que se sometió a votación en primer lugar. Sin embargo, murió en la orilla al encontrarse con el rechazo de la mayoría que sumaron los sufragios del PP, Cs, Vox y Compromís. Este último consideró que el texto no se ajustaba a lo que recoge ese citado punto 203. En concreto, la iniciativa proponía "trasladar al órgano competente del Patronato Municipal de Fiestas la petición del pleno del Ayuntamiento de convocar la asamblea de fiestas después de la celebración del 75 aniversario de la Magdalena con tal de ajustar la estructura del Patronato a los estatutos revisados, de acuerdo con su autonomía competencial y legal, personalidad jurídica propia y potestad de autoorganización".
A raíz del desacord, las relaciones entre las tres fuerzas del tripartito se enfriaron, salpicando a las negociaciones de los presupuestos de 2020, que literalmente se paralizaron. Durante las posteriores semanas la única prioridad se centró en recuperar la confianza perdida con el fin de garantizar la continuidad de un gobierno progresista que ni siquiera había cumplido medio año desde su toma de posesión el 15 de junio. La comisión de seguimiento del Fadrell cobró protagonismo y, tras intensas reuniones, el reacord se plasmó por escrito el 20 de enero.
El rearme orgánico permitió reactivar las conversaciones respecto a las cuentas municipales, quedando en un segundo plano el debate sobre las fiestas. Con el paso del tiempo, el cumplimiento de la moción cayó en el olvido, sobre todo a partir de la irrupción de la covid-19. Tampoco hubo avances con los nuevos estatutos del Patronato pese a encontrarse ya en la fase de revisión por parte de los servicios jurídicos. Y así, casi en un abrir y cerrar de ojos, ha transcurrido un año desde el caldeado pleno celebrado el 19 de diciembre de 2019.