CASTELLÓN. A un mes de las fiestas de la Magdalena, surge un nuevo desencuentro entre el món de la festa y el Ayuntamiento de Castellón. El Patronat Municipal de Festes ha sacado a concurso público el Magdalena Circus, uno de los actos principales de la semana grande. Esta decisión ha levantado ampollas en Xarxa Teatre, la compañía que "crea, programa y dirige" el espectáculo desde hace 21 años, según su codirector Leandre Escamilla.
La entidad se atribuye la autoría de este proyecto artístico, por lo que acusa al órgano municipal de haberse "apropiado" del festival sacándolo a licitación y permitiendo así que cualquier empresa gestione un espectáculo que consideran suyo. "No vamos a renunciar al derecho intelectual de la marca", ha advertido el responsable de la compañía a preguntas de los medios de comunicación este viernes.
Xarxa Teatre solicitó el registro de la marca Magdalena Circus en julio del año pasado, una petición que aún está en tramitación. "Salvando las distancias, es como si ahora el Ayuntamiento de Benicàssim dijera 'el FIB es mío, voy a sacarlo a concurso'; pues no, el FIB es una marca que tiene unos creadores", alega Escamilla.
Desde el consistorio, no entran a valorar esta cuestión pero sí admiten que se consultará a los servicios jurídicos municipales el uso del nombre del espectáculo y dejan la puerta abierta a utilizar otra denominación.
Es la primera vez que se saca a concurso público la organización del Magdalena Circus, un cambio que no entienden en Xarxa Teatre. "De forma arbitraria, han decidido cambiar las reglas del juego", critica Escamilla. La forma habitual de proceder en años anteriores consistía en que la entidad diseñaba la programación del festival y el Patronat, por cuestiones administrativas, contrataba directamente a las compañías propuestas en el proyecto, según ha explicado el director. "Este año pensábamos que iba a ser así también, pero han decidido por su cuenta y riesgo que no, que lo sacan a concurso", ha censurado.
Ante esta situación, Xarxa Teatre no va a concurrir a la adjudicación del contrato por una cuestión de principios. "Si alguien quiere trabajar con nosotros por experiencia y currículum y nos encarga un espectáculo, lo hacemos. Lo que no haremos es competir con otras compañías para ver quién gana qué, el proceso artístico es el proceso artístico, lo artístico no sale a concurso porque no tiene que salir, no puedes sacar a concurso a Bertín Osborne", ironiza el director de la entidad cultural.
Ante lo ocurrido ahora, Escamilla teme que pase lo mismo con el Tombacarrers. De momento, el único acto que gestionará su compañía con toda seguridad es la Nit Màgica.
Por su parte, el consistorio justifica la decisión en términos administrativos: al sacar el espectáculo a licitación, se integra la contratación de todas las compañías participantes en un solo expediente. Hasta ahora, se emitía un contrato y una factura por cada una de las entidades que actuaban en el festival. Pero este año, con el objetivo de reducir los trámites administrativos, el Patronat ha unificado toda la programación del Magdalena Circus en un único contrato que ha sacado a concurso público por un importe de 25.000 euros -el mismo presupuesto que el año pasado-.
De esta manera, el adjudicatario se hará responsable de organizar el festival en su conjunto. El pliego técnico establece las condiciones para la "coordinación, producción artística y realización de los espectáculos incluidos dentro del Festival Internacional de Circo de Calle, popularmente conocido como Magdalena Circus", entre el 25 y el 27 de marzo.
El festival consistirá en una muestra de teatro de calle, donde se realizarán diversas técnicas del circo, tales como malabares, acrobacias y mímica, según el documento, que advierte de la prohibición de realizar actuaciones con animales o con connotaciones sexistas. El espectáculo deberá celebrarse en la plaza Huerto Sogueros en cinco sesiones. Además, deberá contar con un maestro de ceremonias y al menos una de las compañías participantes deberá ser extranjera.
Fuentes municipales recuerdan que de los 25.000 euros de presupuesto con que contaba el Circus en 2018, a Xarxa Teatre se le contrataron actuaciones por valor de 9.317 euros, y el resto fue a parar a las otras compañías participantes. No había un contrato específico por la organización del evento.
Ahora, en lugar de contrataciones diferenciadas, se saca un pliego único para la organización del festival y, según subrayan, "la licitación pública permite que cualquier compañía o entidad pueda presentar una propuesta artística y económica para gestionar la programación de circo de manera íntegra".
Sobre este asunto se ha pronunciado también la concejala de Cultura y portavoz del equipo de gobierno, Verònica Ruiz, quien ha expresado sus reticencias a la licitación del espectáculo. Desde su departamento, "las propuestas artísticas no se licitan", según ha afirmado. La edil es partidaria de seleccionar los proyectos que se ajusten a la programación en base a criterios culturales o artísticos.
No obstante, "hay quien considera que es mejor licitar, pero obligación no hay ninguna, depende de cada concejal", ha afirmado Ruiz, poniendo en evidencia que la decisión de sacar a concurso público el Magdalena Circus no obedece a un mandato legal.
A preguntas de los periodistas sobre porqué se ha optado este año por cambiar el modo de contratación, la edil ha declinado contestar y ha derivado la pregunta al concejal de Fiestas, Omar Braina, cuyo departamento es el competente en la materia.
En cualquier caso, Ruiz ha defendido la gestión de los diferentes concejales que han pasado por esta área -Carmen Oliver, Sara Usó y, ahora, Braina-. De ellos ha subrayado su "pulcritud" y ha valorado que "en materia de fiestas han puesto orden donde no lo había".