Hoy es 22 de noviembre

la generalitat presenta un modelo de festival digitalizado y sostenible

Turismo dibuja el festival del futuro

9/04/2022 - 

CASTELLÓ. Es una obviedad decir que los festivales de música dejaron hace tiempo de ser únicamente un encuentro entre artistas y público. En las explanadas donde estos se desarrollan pasan muchas más cosas. Que si food trucks, que si marcas patrocinadoras ofreciendo juegos de recompensas. Pasan tantas cosas que cuando un usuario entra por primera vez a un recinto de conciertos puede tardar unos cuantos segundos en ubicarse. Aunque la actividad cultural es el eje vertebrador de toda esta experiencia, son varias las empresas que entran en juego para prestar sus servicios. "Los festivales integran turismo, ocio, cultura y tecnologías, así como la detección de oportunidades", señalaba este viernes Francesc Colomer, secretario autonómico de Turisme de la Generalitat, quien incidía en que estos son un "producto turístico de primera orden". 

Colomer hacía estas declaraciones en una jornada donde se presentaba el nuevo modelo de 'Festivales Inteligentes' de la Comunitat Valenciana. Una hoja de ruta para promotoras, y que quiere servir como ejemplo para el resto de autonomías, sobre cómo aprovechar la aplicación de tecnologías y sistemas de medición para la obtención de datos sobre el público asistente, a fin de mejorar su experiencia, así como información sobre el desarrollo del festival en tiempo real. "Lo que presentamos es el avance de una historia de largo recorrido. Una revolución que está en marcha. Es el piloto de un festival inteligente", remarcaba el titular de Turisme. 

La idea es convertir los festivales en nodos de información. Que condensen flujos de información procedentes de los asistentes, protagonistas de esta "experiencia turística", y cuyas demandas condicionan la oferta. Toda esta información recopilada se transmitirá a herramientas para su gestión y posterior mejora de la "calidad, sostenibilidad, seguridad y accesibilidad" de los encuentros. 

Una nueva manera de entender los festivales que la mayoría de citas valencianas han visto con buenos ojos. En efecto, para su elaboración, el Instituto Valenciano de Tecnologías Turísticas (Invat·tur) contó con la colaboración de un centenar de eventos que tienen lugar cada año en la Comunitat. Así, tras un análisis de cada uno de ellos, se crearon tres líneas de trabajo: la de los grandes festivales, cuyo impacto sobre la ciudad (o destino) es elevadísimo; los festivales medios, más limitados en espacio y en afluencia y con menos capacidad de generar un flujo importante; y los festivales pequeños, los cuales provocan un impacto puntual aunque, por su exclusividad, puede ser muy elevado. A partir de aquí, se realiza un plan de necesidades y soluciones técnicas adaptado. Con todo, cada festival puede aplicar normas y protocolos de estandarización sobre uso del dato.

"El dato se ha convertido en el eje tractor de todo lo que está ocurriendo, porque los eventos no solo tienen un impacto cultural, también tienen un impacto turístico y hay que sacarle el máximo rendimiento. Son muchas las personas que visitan un destino gracias a un festival, pero luego aprovechan para quedarse”, ha señalado Francisco Morcillo, uno de los consultores que ha trabajado en la elaboración de este manual de ‘Festivales Inteligentes’. En esta línea, Colomer ha insistido en que "los festivales no se pueden descolgar de la transformación tecnológica, de la inteligencia artificial y de la gestión de los datos para la vivencia del turista". 

¿En qué cambia el festival?

Hay muchas maneras de aprovechar las herramientas digitales. Entre las que cita Turismo está la posibilidad de que el público asistente pueda conocer en todo momento cuál es el acceso más despejado, así como si hay avisos de posibles aglomeraciones. Además, mediante el uso de una app, el usuario podrá consultar en tiempo real la ocupación de escenarios y barras del recinto, así como ver la programación y obtener información actualizada del entorno, referente a alojamientos, comunicados municipales del destino donde se celebra el festival, alertas o avisos meteorológicos. También, este modelo de festival incluye una nueva pulsera para el público con información sanitaria integrada, a fin de mejorar el rastreo de contactos sanitarios. 

Por otra parte, otro de los objetivos es minimizar el impacto ambiental y mejorar la calidad de vida y oportunidades de los habitantes de la zona donde se desarrolla el festival. En este sentido, otra de las herramientas que se promueven es la medición automatizada de residuos generados, así como del ruido. Lo que ayudará a evaluar la huella del festival. También, se pondrá orden entre todos esos datos sobre el impacto económico que el festival produce en su entorno.

Foto: EP

¿Y quién paga esto?

Comentaba este viernes Fiachra McDonagh, coordinador de solidaridad y acciones verdes del festival Rototom que cada año invierte el evento de Benicàssim solo 45 mil euros en investigar, probar e intentar implementar medidas que reduzcan el impacto ambiental del festival. El italiano lo comentaba porque, como también aseguraba, "digitalizar el consumo tiene un coste". Una transformación que sin la ayuda de subvenciones públicas difícilmente se podrá realizar. En este sentido, según ha podido saber Castellón Plaza, la Generalitat tiene previsto crear unas subvenciones encaminadas a incluir este tipo de proyectos en 2023.

Noticias relacionadas

next