CASTELLÓ. El quiosco de la plaza del Real vuelve a estar cerrado. Apenas un año después de su reapertura, la empresa adjudicataria de la gestión, El Fadrí de Romina y Cosmin SC, se ve obligada a bajar la persiana por "falta de personal cualificado", según explica el gerente, Cosmin Mihai.
Ante la imposibilidad de continuar con la explotación, la empresa comunicó la semana pasada al Ayuntamiento de Castelló que incluso renuncia a los cuatro años que le quedan todavía de contrato. "Asumimos las consecuencias, pero no se puede estar en todas partes", afirma Mihai, que también regenta la cafetería El Fadrí en la plaza Pescadería y el templete del parque Ribalta.
La decisión de la concesionaria supone un contratiempo para el consistorio y evidencia las dificultades a la hora de rentabilizar el cenador pese a considerarse uno de los más emblemáticos de la ciudad. En febrero de 2021, el equipo de gobierno ya tuvo que relanzar la explotación tras ocho meses de cierre por el desistimiento de la anterior adjudicataria.
Restaurante Mar Azul, que había ganado el concurso en 2016 para un periodo de cinco años, dejó de ofrecer servicio en junio de 2020. La crisis derivada por la covid-19 obligó a la empresa a solicitar la anulación de la vinculación contractual. En ese momento, aún le restaban unos 12 meses de concesión.
Con anterioridad, otras mercantiles trataron sin éxito de obtener un beneficio con el local. Por ejemplo, Ortega Gastronómica, que resultó la adjudicataria en 2003, abandonó ante las dificultades económicas, lo que obligó al Ayuntamiento a variar posteriormente las condiciones del pliego para hacerlo más atractivo.
El Fadrí de Romina y Cosmin SC se hizo con el quiosco de la plaza del Real en mayo del año pasado tras mejorar al alza el canon anual de explotación, fijado en 7.256,9 euros. La oferta de 9.060 euros (un 24,84% más) resultó determinante, así como su experiencia en la hostelería, para desequilibrar la balanza frente a las otras dos postulantes. La concesión se firmó con una duración de un lustro.
El templete de la plaza del Real ocupa una superficie construida de 51 metros cuadrados y dispone en el exterior de 12 mesas y 48 sillas, abarcando una extensión total de 24 m2. La instalación posee aseos públicos adscritos, creados ex profeso cuando el ejecutivo local acometió distintas mejoras en la anterior legislatura. Las obras, asimismo, contemplaron la adecuación de un escalón de ocho centímetros para facilitar la accesibilidad y la renovación de la instalación eléctrica, obsoleta por el paso del tiempo.