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Terremoto cultural en los festivales de Vila-real: nuevas caras y citas que desaparecen

2/02/2022 - 

CASTELLÓ. Siempre se ha dicho, año nuevo vida nueva. Una proposición que el Ayuntamiento de Vila-real parece haberse tomado muy enserio. En lo que va de año se han anunciado hasta tres cambios entre sus principales festivales culturales. Citas pioneras como el Vila-real en Dansa, que tras celebrar el año pasado su décima edición desaparece para siempre, o el festival Cineculpable que ahora pasará a llamarse VIST, tras un cambio de dirección, marca e imagen. Pero además, otro de los festivales más emblemáticos de la ciudad, el FITCarrer anunciaba este pasado sábado que su director desde los inicios, Pau Ayet, pasará a ser sustituido por Sara Recatalà, una cara más que conocida entre la organización, ya que ha formado parte del equipo en nueve de sus diez ediciones. Pero, ¿a qué se debe este 'terremoto' cultural?

La crisis sanitaria ha condicionado los planes de Cultura, así lo asegura la concejala del área, Rosario Royo, a Castellón Plaza, quien defiende que la responsabilidad de la administración pública pasa por "adaptarse a los nuevos tiempos". Y ahora, los tiempos que corren son "más complejos". "El Ayuntamiento de Vila-real no cuenta con el presupuesto que le gustaría y en la situación económica en la que estamos los proyectos no pueden crecer al volumen que se querría", aseguran.

Vila-real se queda sin festival de danza

En el caso del Vila-real en Dansa, el festival que ha dirigido durante los últimos diez años la artista Pepa Cases, la concejala explica que se acordó con la dirección un cambio de formato en el que la cita iba a pasar de celebrarse de un fin de semana (tradicionalmente a principios de junio) a varios. Además, sería otro el escenario. Sin embargo, esta actualización del festival no se dará finalmente, entre otras cosas, porque según manifiesta Cases, se ha cansado de "pagar mal" a sus compañeros. Es, asegura la bailarina, el bajo presupuesto con el que la cita ha contado en su trayectoria uno de los mayores motivos por los que no habrá más ediciones del Vila-real en Dansa. "En diez años no le he pagado el caché a ninguna compañía. Me hacían el favor de adaptarse a nuestro presupuesto, una partida (los últimos dos años) de 21 mil euros que sirve para arrancar cualquier festival y no para hacerlo crecer o mejorar, pero Cultura no devuelve los favores".  

Así mismo, asegura Cases que ya se encontraba "ahogada" y "cansada" con la celebración del festival. Entre otros motivos, porque se le responsabilizaba de que el teatro donde tenía lugar estuviera vacío. "Es una decisión personal, más que profesional, yo no puedo en un solo fin de semana generar público de danza si durante el resto del año no hay actividad. En la provincia no se programa relugarmente danza, solo espacios como el Paranimf de Castelló lo hacen. Pensé ante esto en hacer un festival bimensual, con el que generar más público, pero creo que me estaría cargando un festival que ha sido único y pionero, referente de muchos festivales que han nacido después. Yo no soy la programadora cultural de Vila-real, es responsabilidad del ayuntamiento generar programación todo el año", expone Cases a este diario. 

La bailarina, que además es directora de la Escola de Danza de Vila-real, lamenta que con la "falta de implicación" se deje pasar un proyecto que siempre ha ido de la mano del centro formativo. "No entiendo como el Ayuntamiento apoya firmemente la escuela, tanto de manera económica como potenciando su crecimiento, y no lo hacen con el festival, dado que ambos nacieron de la mano y, a mi parecer, se nutren y necesitan". 

Fue en junio del año pasado cuando Vila-real en Dansa, pese a las dificultades de la pandemia, celebraba su última edición. Una edición en la que, por primera vez, la organización proponía un festival descentralizado y repartido por diferentes barrios de la localidad. Fue complejo hacerlo, avisaba ya Cases en su momento, sin embargo su esperanza era ayudar a que un "público diverso pueda disfrutar o familiarizarse más con la danza". Ahora, la ciudad se queda sin festival.

Otro festival de cine

Decía el Ayuntamiento de Vila-real en noviembre del año pasado que el festival Cineculpable no iba a celebrarse por la "escasa" producción de cortometrajes profesionales que había habido durante el curso. Lo cierto es que ese mismo mes tuvo lugar otra cita parecida en la provincia. El festival Alma de Almassora acogía una tercera edición en la que se proyectaron 45 cortometrajes, de los cuales seis eran producciones locales. "La pandemia ha afectado más a la producción de cortometrajes que al rodaje de largometrajes", aseguraba, sin embargo, la concejala de Juventud, Anna Vicens. 

Lo que en ese momento no se contó, o bien porque todavía no estaba claro o no estaba cerrado, es que el festival Cineculpable como tal iba a desaparecer. Avanzó Vicens que habría un "relevo en la organización del festival" y sería el colectivo Sal de la Fila el que a partir de ese momento se pondría al frente del evento. Pero, Cinemaculpable ha mutado, en realidad, en un nuevo proyecto llamado VIST. 

Foto: CARME RIPOLLÉS

Aunque la base será la misma, "apoyar esta disciplina artística", el festival tomará "un estilo diferente", tal y como avanza la corporación. Además, serán otras las fechas en las que se realizará, adelantándose de otoño a primavera, teniendo lugar así del 25 de marzo al 1 de abril. "Queremos que el festival sea un punto de encuentro entre público y profesionales, con espacio y tiempo para la proyección de cortometrajes y otras actividades para disfrutar con el audiovisual y el cine", detallaba este mes pasado su nuevo director, Sergi Tellols. 

Será pues esa cita con profesionales una de las principales novedades del certamen que, no obstante, se vivirá como una edición en homenaje a los 25 años del primer festival de cine de Vila-real. Y es que, aunque sea bajo un nuevo nombre y equipo, no quiere el ayuntamiento renunciar y poner el contador a cero de un proyecto que es, al fin y al cabo, de la ciudad. "La empresa que creó la marca y ha llevado a cabo el proyecto estos años ha desaparecido, pero la filosofía se mantiene y el proyecto también", reitera Royo a este diario.

Nueva etapa (también) para el FITCarrer 

Por su parte, el FITCarrer también empieza en mayo un nuevo camino acompañado de la profesional Sara Recatalà. Según expone Pau Ayet, director del festival hasta la fecha, se trata de un cambio de dirección consensuado y "muy planificado". Y es que el programador cultural está implicado en otros proyectos de la ciudad, como el mismo festival de cine VIST, por lo que ha preferido cerrar su etapa al frente del festival de teatro de calle. "Diez años al frente son muchos y por culpa de la pandemia es mucho más farragoso organizar un festival. Siento que mucho de los objetivos que tenía se han asumido y era hora de ceder el testigo, especialmente a una persona que pueda aguantar la tensión de organizar el FITCarrer, que ahora es mucho más alta. El trabajo se redobla", expone Ayet, quien con todo incide en que "el festival no es suyo", por lo que tarde o temprano debía de llegar este momento. Así pues, el director de teatro seguirá formando parte del equipo, asumiendo tareas técnicas. 

"Estamos en un momento de cambio. También el festival de jazz hay que redefinirlo. Ya estoy en conversaciones con su director Vicent Colonques. O el festival Malabara't, un encuentro que tenemos entre malabaristas, también queremos remodelarlo. La vida nos presenta situaciones y problemáticas que antes no teníamos y toca adaptarse", concluye la regidora de Cultura, Rosario Royo, quien deja entrever más novedades en la programación local de cara al futuro. 

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